La historia de Cartas del pasado no solo emociona por su trama, sino también por sus escenarios. La serie fue grabada en Turquía, principalmente en Estambul y otras locaciones que capturan el espíritu melancólico del relato. Las calles empedradas, las casas antiguas y los parques con árboles otoñales acompañan perfectamente el tono introspectivo de la historia.

Una geografía que también narra

El colegio donde se desarrollan los flashbacks del club literario es real y está ubicado en un barrio histórico de Estambul. Ese espacio, cargado de recuerdos, funciona como el puente entre el pasado y el presente. Cada rincón parece hablar del tiempo detenido, de la memoria que insiste en volver.

Además, algunas escenas exteriores fueron filmadas en la costa del Mar de Mármara, donde se registran los encuentros clave entre Elif y los exalumnos de su madre. Ese paisaje agrega una belleza melancólica que enriquece la narrativa.

La elección de locaciones no fue casual. Los directores apostaron por escenarios reales, evitando el artificio de sets cerrados. Esa decisión le da a la serie una textura visual más íntima, más cercana.

En definitiva, el entorno es un personaje más en Cartas del pasado. Y, como todo en la serie, también guarda sus propias cicatrices.