Netflix anunció que la tercera temporada de El Juego del Calamar sería la última. Su creador, Hwang Dong-hyuk, confirmó que estos nuevos episodios cerrarían la historia de Gi-hun, el protagonista que vimos transformarse tras el horror del juego. Sin embargo, como suele pasar con los éxitos globales, el final declarado no siempre es el verdadero final. Y en este caso, hay razones para pensar que el universo no se detiene acá.

¿Fin de la historia o reinicio encubierto?

Aunque Hwang afirmó que no tiene intención de continuar la serie como tal, sí dejó entreabierta la posibilidad de un spin-off. Dijo haber sentido "curiosidad" por explorar otras historias dentro del mismo mundo: por ejemplo, qué ocurre con los guardias enmascarados, cómo fueron reclutados o qué pasó en los tres años entre la primera y la segunda temporada. El guionista incluso comparó el desgaste que sufrió haciendo las tres partes con una tortura física: perdió piezas dentales por el estrés.

Los actores también dejan pistas

Lee Byung-hun, quien interpreta al Front Man, deslizó en una entrevista que el final de la tercera temporada podría no ser tan cerrado como se cree. Al leer el guion, pensó que había margen para una continuación. Y eso alimenta aún más la teoría de que Netflix podría decidir seguir adelante con el proyecto, especialmente teniendo en cuenta la ambición que ha mostrado con otras franquicias como La casa de papel o Bridgerton.

El futuro podría estar en otro país

Si bien no hay confirmación oficial, ya circulan rumores sobre posibles versiones internacionales del juego: nuevas sedes, nuevos idiomas y nuevos personajes. La plataforma podría apostar por extender la franquicia sin tocar directamente el hilo narrativo original. Como ocurrió con Berlín o Queen Charlotte, una historia paralela o anterior podría alimentar el universo sin forzar una cuarta temporada canónica.

La última palabra la tiene el público

Por ahora, El Juego del Calamar se despide con su tercera temporada y un final que, según el director, será "fiel al espíritu" de la serie. Pero si algo nos enseñó esta distopía surcoreana es que los finales pueden ser apenas nuevos comienzos. ¿Será este el caso? Como en los juegos, todo depende de quién siga jugando.