Las verdaderas historias detrás de las películas de 'El conjuro'
Desde la familia Perron hasta los Smurl, pasando por el caso judicial de Arne Cheyenne Johnson, repasamos las inspiraciones reales que dieron origen a las cuatro películas.
A lo largo de más de una década, la franquicia El Conjuro (The Conjuring) ha fascinado a millones de espectadores con historias de posesiones, exorcismos y casas embrujadas. Lo que diferencia a esta saga de otras dentro del género es que cada entrega se inspira en expedientes reales investigados por los demonólogos Ed y Lorraine Warren, quienes durante su vida afirmaron haber documentado cientos de sucesos paranormales.
Los Warren, interpretados en la pantalla grande por Vera Farmiga y Patrick Wilson, se convirtieron en un dúo icónico del cine de terror. Su legado incluye no solo películas que recaudaron más de 2.300 millones de dólares en taquilla, sino también un museo ocultista en Monroe, Connecticut, donde guardaron objetos malditos como la célebre muñeca Annabelle.
A continuación, un repaso detallado de las verdaderas historias que inspiraron las cuatro películas principales de El Conjuro.
El Conjuro (2013) - La familia Perron
La primera entrega de la saga se centra en el caso de Roger y Carolyn Perron, quienes en 1971 se mudaron con sus cinco hijas a una granja en Rhode Island. Poco después comenzaron a escuchar ruidos extraños, a percibir olores fétidos y a presenciar fenómenos que no podían explicar.
Los Warren acudieron a la casa y realizaron una sesión espiritista, que la película transformó en un exorcismo dramático. Según relató Andrea Perron, una de las hijas, su madre llegó a hablar en lenguas y a ser lanzada por los aires mientras su silla levitaba. La familia permaneció en la casa hasta 1980.
La cinta dirigida por James Wan introdujo al público al universo Warren y consolidó el tono de terror sobrenatural que definiría toda la saga.
El Conjuro 2 (2016) - El poltergeist de Enfield
La secuela recrea el famoso caso ocurrido en Enfield, Londres, entre 1977 y 1979, donde la madre soltera Peggy Hodgson y sus cuatro hijos fueron testigos de supuestos fenómenos paranormales.
Los sucesos incluían muebles que se movían solos, golpes inexplicables y la presunta posesión de Janet, de 11 años, quien hablaba con la voz de Bill Wilkins, un hombre fallecido en la casa años antes. Incluso la policía declaró haber presenciado algunos de los incidentes.
Aunque Janet reconoció que en ocasiones fingieron fenómenos "para probar" a los investigadores, el caso se mantuvo como uno de los más documentados en la prensa británica. Los Warren lo calificaron como uno de los episodios más aterradores de su carrera.
El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo (2021) - El juicio de Arne Cheyenne Johnson
La tercera película se aparta de las casas embrujadas para narrar un juicio real ocurrido en 1981 en Connecticut. Arne Cheyenne Johnson fue acusado de asesinar a su casero, Alan Bono. Su defensa alegó que lo hizo estando poseído por un demonio que previamente había atormentado al hermano menor de su prometida.
Durante un exorcismo realizado al niño, Johnson desafió al espíritu y pidió que lo poseyera a él. Semanas después cometió el crimen. Fue el primer juicio en Estados Unidos en usar la posesión demoníaca como argumento legal. Aunque condenado a entre 10 y 20 años de prisión por homicidio, solo cumplió cinco por buena conducta.
El caso generó un gran debate mediático y reforzó la figura de los Warren como investigadores polémicos, admirados por algunos y cuestionados por otros.
El Conjuro 4: Últimos ritos (2025) - La familia Smurl
La entrega final de la saga principal lleva al cine el caso de la familia Smurl, ocurrido en Pensilvania entre 1973 y 1988. Jack y Janet Smurl denunciaron ataques violentos de una entidad demoníaca: desde ruidos y olores nauseabundos hasta agresiones físicas, sexuales y el lanzamiento de uno de sus hijos por las escaleras.
Los Warren pasaron noches en la casa, registraron grabaciones y aseguraron haber presenciado objetos levitando. A pesar de varios exorcismos, los fenómenos persistieron hasta que la familia abandonó la vivienda.
El caso ya había inspirado la película para televisión The Haunted (1991), que llamó la atención del director James Wan. En Últimos Ritos, además, se explora cómo estos sucesos afectaron a Judy Warren, la hija de Ed y Lorraine.
Más allá de la ficción: los Warren y su legado
Aunque muchos críticos señalan que las películas exageran o dramatizan los hechos, lo cierto es que los Warren dejaron una huella duradera en la cultura popular. Sus investigaciones alimentaron no solo a El Conjuro, sino también a spin-offs como Annabelle, La monja y La llorona, ampliando un universo de terror que sigue vigente.
Hoy, con el estreno de El Conjuro 4: Últimos Ritos, la saga cierra el arco de los Warren, pero deja abierta la posibilidad de una "fase 2" con nuevas historias y objetos malditos. Lo que permanece intacto es el interés del público por conocer las fronteras difusas entre realidad y ficción en el mundo del horror.